
Tres días en las Rías Baixas
Primer día
También ‘el Bosquecillo’ y ‘el lavadero’ merecen una parada obligada. Como veis en las fotos los jardines del Pazo están muy cuidados.
Una vez a la salida del Pazo, tocaba picar algo antes de llegar a nuestro destino. Nos habían dicho que la zona de ‘A Estrada’ tenía una ruta gastronómica muy interesante pues dicha comarca disfruta tanto de montañas como de valles fluviales para su materia prima.
Nos paramos a ojo de buen cubero en un restaurante muy popular donde la verdad disfrutamos tanto de productos de carne como de pescado y a un buen precio.
Después de un excelente desayuno en el hotel en una sala con vistas extraordinarias, nos dirigimos hacia ‘Cambados’, pues queríamos además de conocer esta bonita población, visitar la ‘Ría de Arosa’, ‘O Grove’ y ‘La Isla de la Toja’.
Cambados se encuentra en la ‘Comarca del Sainés’.
Lo primero que hicimos al aparcar en Cambados, es visitar las ‘Ruinas de Santa Mariña de Dozo’.Es como entrar en otra época distinta, nada más llegar te encuentras con las sepulturas del cementerio y al fondo las ruinas de lo que fue en su día la Iglesia, es increíble (incluso dentro de la Iglesia hay algunas tumbas en el suelo). Parece que el entorno está hecho a propósito y que si se restaurara se estropearía todo su encanto y magia.
También nos llamó la atención en las tumbas la cantidad de flores frescas que había. Vimos entrar a unas cuantas personas con flores para depositarlas allí.
Después de esta interesante y particular visita nos dirigimos a ver Cambados y recorrer sus calles.
Nos adentramos en su mercado que estaba lleno de pescados y mariscos. Nos paramos a contemplar y charlar con la autora de unos panes inmensos, que dado su tamaño estoy segura de que incluso hasta a la familia Von Trapp les serviría para una semana: impresionantes. El bacalao, de todos los precios y maneras con un aspectazo espectacular. Aprovechamos allí mismo para comprar lotería de Navidad. Nunca se sabe 😉
Volvimos a coger el coche después de recorrernos todo el casco antiguo y nos dirigimos a la preciosa ‘Ría de Arosa’, la mayor de las rías de Galicia. Tiene numerosas islas e islotes destacando ‘la Isla de Arosa’ y la preciosa de ‘La Toja’.
Tercer día
Llegamos a Bayona, localidad que en marzo de 1493 tuvo el honor de que arribara a sus costas Martín Alonso Pinzón con su carabela ‘La Pinta’ y por lo tanto se convirtió esta villa en la primera de Europa que supo la noticia del descubrimiento del Nuevo Mundo.
Para festejar tal importantísimo hecho histórico, cada primer fin de semana de marzo se celebra la fiesta llamada ‘La Arribada’.
Bayona tiene una fachada marítima impresionante y la vista desde sus murallas nos encantó.
Una hora después cogíamos de nuevo la carretera que bordea el mar y nos fuimos a ‘A Guarda’. Este municipio se comunica con Portugal por la frontera natural del Río Miño.
Me pareció un paseo extraordinario y no me fui de allí sin meterme en la desembocadura. Eso sí, sólo las piernas pues precisamente ese día no llevaba bañador. ‘La dichosa Ley de Murphy’….. Pero sus aguas estaban dulces…de eso sí puedo dar fe y cogí un montón de conchitas muy diferentes a las que tenemos en Mallorca.
Tiene fama de ser uno de los cascos antiguos mejor preservados de España y su peatonalización total hace que recorrer sus calles, sea como he dicho antes de obligada visita.
Nos paramos un buen rato en el Templo de Santa María Grande, preciosa Iglesia construida en el siglo XVI de estilo ‘gótico renacentista’, con algunas esculturas soberbias y un frontal también muy bonito, y en las Ruinas de Santo Domingo del siglo XIV .
Me ha llamado mucho la atención Pontevedra, ya que yo sólo conocía A Coruña y Lugo, ya de eso hace muchos años, y volver a darme cuenta de la gran amabilidad de la gente gallega. Siempre dispuestos a ayudarte en lo que sea y su cordialidad y educación. Tanto en los establecimientos hoteleros, como por las calles, por los pueblos en el Pazo, etc. Es algo que hace que el viaje sea aún si cabe más agradable.
No podíamos terminar nuestro viaje sin aprovechar a la vuelta en el hotel, su famoso Talaso Spa. Allí nos fuimos todos con nuestros ‘gorritos antilujuria de baño‘ a probar las instalaciones. Yo no soy muy de spas pero éste me encantó por lo espacioso que es. El baño final en la bañera helada me dejó como nueva. Fue una experiencia ‘a seis’ muy pero que muy divertida.
Rematamos el día con una cena desde una de las preciosas terrazas del hotel con muchas risas y recordando los buenos momentos pasados juntos.
Visitas
El Pazo de la Oca (ver más información aquí). A Estrada. Pontevedra.
Los jardines abren todos los días de la semana. En Invierno (de noviembre a marzo) de 9 a 18.30 horas y en Verano (de abril a octubre) de 9 a 20.30 horas.
Entrada individual: 6 euros. Entrada grupo: 4 euros.
Alojamiento
Gran Talaso Hotel Sanxenxo (ver más información aquí), hotel de 4 estrellas situado en C/ Orense 24, Sanxenxo.
Restaurante Carmen (ver aquí). Praia dos barcos 2, Sanxenxo.
Situado al final de la Playa del Salgar en Sanxenxo y en frente de su puerto. Muy buena calidad y atención a muy buen precio.
Restaurante D’Berto (ver aquí). Teniente Dominguez 84, O Grove.
Un buenísimo restaurante de pescados y mariscos. Sus almejas las mejores que he tomado en mucho tiempo. Todo el pescado lo puedes apreciar desde la pecera y el servicio muy bien.
Restaurante Solla (ver aquí). Avda Sineiro 7, San Salvador de Poio, Pontevedra.
Este restaurante es un deleite para los sentidos. Desde que te sientas en la mesa de su precioso espacio hasta que te vas, disfrutas cada momento y no dejan de sorprenderte la presentación de sus platos (verdaderas obras de arte) como su calidad. Impresionante.
Para empezar nos obsequiaron con una delicadeza de la casa que nos pusieron antes de comer, una tabla con aceitunas rellenas de queso, fajita de nabo y pescado, y palito de jugo de carne.
De plato principal elegí el bogavante con pollo y sopa de ajo blanco, que me pareció sublime.
Y para el postre un soufflé que sería un pecado no probarlo. Extraordinario.

Al frente del mismo Pepe Solla, con una estrella Michelín. Una persona que nos atendió con una gran amabilidad y que se le nota un gran buscador del perfeccionamiento en su cocina, siguiendo la tradicción de su tierra, algo que a mí particularmente me encanta. Fue un auténtico placer conocerlo.
Imprescindibles
Hacer un alto en los Paradores de la Toja, de Bayona y de Pontevedra. Es una gran excusa para un buen descanso para los pies fatigados.